QUINTO DIA

17 de Octubre
Peso 90'5
La Cetosis se ha instalado. No tengo hambre en absoluto. Hoy he tomado la media mañana casi por obligación y me olvidé de la media tarde.
La comida ha perdido todo el interés. No tengo ganas de entrar en la cocina. No me apetece preparar nada. Me aferro al batido de chocolate porque es hacer y beber. Sin más. Sin texturas, sin sartén, sin problemas. Miro el estante de los productos y me da una pereza monumental comer. No sé si porque la escasa variedad hace que sea muy muy aburrido plantearse el menú o porque los cuerpos cetónicos invaden mi abnegado ser.
Cualquiera que sea el motivo, bienvenido sea. Gracias a Dios a este pasotismo no lo acompaña ningún interés inapropiado por una alimentación más ortodoxa, véase fruta, queso de Burgos, tomates frescos o caldo de pollo... No hablo de chocolate, galletas, bizcochos o similares. Vade Retro. No. Hablo de esos alimentos que tu mente desesperada computa como "de dieta" y se esfuerza por alcanzar (o recordarte que son muy accesibles) Te lo susurra bajito. Parece que fuera necesario que comieras eso "tan sano" más que nada en éste mundo. En especial más que cualquier cosa en formato polvo.
Pero ni eso me tienta.
Que bien. O que mal.
No lo tengo claro.
Como sea, he perdido 700 gramos. Mi alegría también es un poco pasota. Estoy contenta, a ver... está muy bien. Sólo llevo 4 días y he perdido 2 kilos. Pero para ser sincera, soy tan consciente del camino que aún queda por delante, que me cuesta celebrar las pequeñas victorias. Y ésta la es.
Una pena, no quiero que pasen desapercibidas las batallas. Quiero ganar esta guerra y hacerlo poco a poco es fundamental. Si empiezo a no valorarlo, mal asunto.
Hoy.
Desayuno. Batido de Chocolate Intenso.
Media mañana. Habas de soja, pero no me las terminé.
Almuerzo. Calabacín y Berenjena al horno.
Media tarde. Nada.
Cena. Media ración de tortilla sobre una tostada y láminas de pepino. Casi obligada, mi apetito es 0 patatero.
Resumen: no pienso en comida. Es lo mejor que podía pasar y lo sé.
Muchas personas obesas conocen esa horrible sensación de despertar pensando en comida y acostarse pensando en comida. Especialmente si están a dieta. Esta liberación es un regalo.
Mañana, más.
(ilustración de Gabriel Moreno)